15º de imprecisión

¿Qué es el tiempo? Durante algunos años he estado dándole vueltas a esta pregunta sin encontrar una respuesta precisa. Estamos hechos del ahora, pensamos en el pasado, imaginamos el futuro. 15° es el desplazamiento de la tierra en una hora. El reloj es una máquina especial para la imaginación que me invita a pensar desde el interior del aparato, sus manecillas son una abstracción de la rotación de la tierra, su precisión es una conquista de la ciencia. Mi trabajo plástico quiere reflexionar acerca de la imposibilidad de imaginar un solo tiempo y lo hace a partir de las tecnologías para producir imágenes; el pincel, la cámara fotográfica y el escáner son juguetes que nutren mi curiosidad que se pregunta por el ahora.

 

En la duración y la insistencia he puesto de manifiesto mi experiencia sensible ante la imposibilidad de detener el tiempo. Intento colocar trampas que funcionan como sistemas de acumulación y cuantificación que buscan atrapar lo inaprensible. La materia plástica de mis experimentos poéticos con el tiempo y su escurridiza materialización utiliza diversos elementos como imágenes, dibujos, videos y objetos puestos en el espacio que forman marcas de tinta, huellas de luz y polvo. Mi ser-ahí arrojado en la experimentación plástica oscila entre múltiples tiempos.

En el interior de la caja del reloj de pulso las manecillas se desplazan a la velocidad justa para marcar la hora. Horario, minutero y segundero trabajan con exactitud. Las agujas del aparato por fuera del mecanismo pierden su valiosa sincronización. Durante varios meses me he dedicado a coleccionar estas pequeñas piezas de distintos mecanismos. Como experimento, vacié mi colección de agujas de reloj sobre el cristal del escáner; montones de pequeños elementos saltaron sobre el vidrio y con pinzas construí líneas de escritura temporal imposibles de leer. Las agujas del reloj se digitalizaron cientos de veces para formar una animación donde la marcación y el sentido del tiempo de la máquina desaparecen.

Los días pasan, las horas se marcan en círculos. Sobre una mesa se extendieron 24 papeles de dibujo, en cada una de las hojas se colocó un módulo de reloj de pared que solo tenía el segundero y en su punta se ató una cuerda unida a un pincel. Una vez sincronizado con el cronómetro se cargó de tinta el nuevo dispositivo reloj-pincel. Los aparatos empezaron a realizar dibujos donde
 el tiempo se contabilizó por minutos, los grafismos son el resultado de la huella de tinta a través del tiempo.

 

Un jardín de polvo pretende el infinito, me interesa el gesto de la máquina en el acontecimiento del ahora. Sobre la superficie varios relojes giran en el sentido contrario a la marcación del tiempo y barren polvo negro sin interrupción alguna; funcionan gracias a la energía que impulsa la maquinaria. Las huellas se las lleva el viento, el tiempo vuela. Nuestra presencia finita está unida al cosmos, nuestro ahora esta cargado de una energía singular, imaginamos el tiempo, somos el tiempo, estamos en el mundo escribiendo nuestra biografía.

 

"Hora", 24 veces. 15º de imprecisión, 2016. Caja con motor. Dimensiones: 00 x 00 cm.
"Hora", 24 veces. 15º de imprecisión, 2016. Caja con motor. Dimensiones: 00 x 00 cm.